Los Mercados Financieros El blog de Ricardo González

Bolsa de Japón: Qué pasó, qué está pasando y qué pasará



El Nikkei 225 es el índice bursátil más popular del mercado japonés. Lo componen los 225 valores más líquidos que cotizan en la Bolsa de Tokio. Desde 1971, lo calcula el periódico  Nihon Keizai Shinbun (Diario Japonés de los Negocios), de cuyas iniciales proviene el nombre del índice.

Este índice también es muy conocido porque alcanzó un máximo de 38957,44 el 29 de diciembre de 1989. En aquellos años, el Banco Central de Japón ante el riesgo inflacionario y la depreciación del yen frente al dólar, decidió subir los tipos de interés del 2,5% al 6%. Las consecuencias de ésta medida en una economía recalentada por una burbuja inmobiliaria no se hicieron esperar. Se vivió un crash simultáneo en la bolsa y el mercado inmobiliario; los inversores vendían sus acciones para cubrir sus pérdidas inmobiliarias y viceversa.

Fijaos hasta qué extremo llegó esta burbuja: sólo el entorno metropolitano de Tokio tenía el mismo valor que todo Estados Unidos, y un distrito de la capital (Chiyoda-ku) valía más que todo Canadá. Si se hubiera vendido el Palacio Imperial de Tokio, se habría obtenido el equivalente al valor de todo el estado de California.
En su punto más alto, la capitalización de la bolsa japonesa llegó a un increíble 51% del total mundial.

Como ya muchos conocéis, a consecuencia de la crisis financiera se inició una recesión económica que todavía tiene secuelas a día de hoy, más de 20 años después.

Tras ver un poco de historia (que nunca viene mal), nos centramos en los gráficos.

Nikkei 225 (NKY:IND)

Como siempre suelo hacer en estos casos, os he marcado las fases sobre la imagen. Para los que se inician en la operativa Weinstein es más sencillo de entender así los análisis.

Mientras el precio siga haciendo suelo, el Nikkei no será interesante. Las razones son obvias, y los más viejos del lugar las conocéis perfectamente. Durante la fase de suelo, el precio se mueve de forma lateral, cruzando una y otra vez la MM30. Esto nos trasmite que no hay tendencia, y sin tendencia no hay dinero. Alguien podría pensar que hay movimientos más cortos que tal vez se podrían aprovechar, pero para la poca recompensa a conseguir, y la dificultad de conseguirla, no merece la pena ni molestarse, mucho riesgo para tan poco beneficio.

Además de esto, también vemos que el Nikkei es un índice débil, algo característico de las fases de suelo y que demuestra que en el mercado japonés hay poco que rascar actualmente.

La cosa podría cambiar si el índice superase los 11400 puntos, pero hasta entonces, lo mejor es mantenerse fuera y centrar las operaciones alcistas en otros mercados más fuertes y en clara tendencia alcista.

Nota: Si quieres aprender más sobre los conceptos básicos de esta operativa pulsa aquí. Sin embargo, si decides aprender detenidamente esta metodología para sacar partido por ti mismo de los mercados pulsa aquí.

Además del análisis del índice Nikkei y para los amantes de correlaciones entre mercados y su historia, he de decir que desde el año 2000 existe una correlación notablemente cercana entre el rendimiento del bono a 10 años de Estados Unidos y la bolsa de valores japonesa. Japón llego a ser la segunda economía más grande del planeta y tras su declive a principios de los noventa, se vio sumergida en una espiral deflacionaria de caída de precios. Tras la crisis cambiaria asiática de 1997, estas tendencias deflacionarias se extendieron a otras partes de Asia e incluso en casos concretos a otros países fuera del continente asiático.

Como todos los mercados internacionales están tan vinculados, las tendencias deflacionarias exportadas de Asia tuvieron como consecuencia rebajas en los tipos de interés de todo el mundo, incluyendo a los todopoderosos Estados Unidos que si no recuerdo mal, hicieron un  total de 12 rebajas de tipos en aquellos años para crear inflación a la vez que trataban de reanimar la economía para hacer frente a lo que se empezaba a venir encima en aquellos años, el ciclo invernal de Kondrátiev.

Después de caer juntos a lo largo del año 2000 y la mayor parte de 2001, la bolsa de valores de Japón rebotó (junto con el rendimiento del bono de EEUU). Tras el 11-S, ambos continuaron cayendo para pocos meses más tarde lograr levantar el vuelo ligeramente en la primavera de 2002. Este rebote llegó a su fin durante abril-mayo de 2002 cuando ambos mercados volvieron a caer otra vez.

A principios de 2003 el Nikkei había caído aproximadamente un 30%, mientras que el rendimiento del bono de Estados Unidos había descendido a un nivel no visto desde hacía 40 años. La imagen muestra claramente la estrecha relación que une ambos mercados, no dejando lugar a dudas que existen correlaciones a nivel internacional y que todavía se sigue dando a día de hoy tal y como podéis apreciar en esta imagen.

A pesar de que el desastre nuclear Fukushima golpeó fuertemente a la baja el Nikkei y lo dejó trastocado durante unos meses, la relación positiva del índice japonés con el rendimiento a 10 años estadounidense sigue permaneciendo claramente en su lugar. Este tipo de relaciones tan estrechas pueden ser utilizadas como apoyo a nuestros análisis ya que lo que suceda en un activo tendrá claras consecuencias sobre el otro.

Descargo de responsabilidad: La información, las opiniones y las ideas expresadas en este documento son solo para fines informativos y educativos y se basan en investigaciones realizadas y presentadas únicamente por el autor. La información presentada representa solo las opiniones del autor y no constituye una descripción completa de ningún servicio de inversión. Además, nada de lo aquí presentado debe interpretarse como asesoramiento de inversión, como un anuncio u oferta de servicios de asesoramiento de inversión, o como una oferta de venta o una solicitud de compra de valores. Los datos presentados en este documento se obtuvieron de varias fuentes de terceros. Si bien se cree que los datos son confiables, no se hace ninguna representación en cuanto a, y no se acepta ninguna responsabilidad, garantía o responsabilidad por la exactitud o integridad de dicha información. Las inversiones internacionales están sujetas a riesgos adicionales, como las fluctuaciones monetarias, la inestabilidad política y el potencial de mercados ilíquidos. El rendimiento pasado no es garantía de resultados futuros. Existe riesgo de pérdida en todas las operaciones. El rendimiento de prueba posterior no representa el rendimiento real y no debe interpretarse como una indicación de dicho rendimiento. Además, los resultados de rendimiento probados tienen ciertas limitaciones inherentes y difieren del rendimiento real porque se logran con el beneficio de la retrospectiva.

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