Los Mercados Financieros El blog de Ricardo González

¿Por qué en mi opinión no estamos ante un nuevo mercado bajista?


Hace un mes os mostraba que la línea avance/descenso (uno de los ingredientes previos a un nuevo mercado bajista), nos advertía de que algo no marcha bien en las “entrañas” de este mercado alcista nacido en 2009. No obstante, en dicho artículo advertía que esa era únicamente la primera pieza del puzle necesaria para el nacimiento de un nuevo mercado bajista (bear market como les gusta decir a los yankees).

Hoy vamos a ver la segunda pieza que no es otra que los bonos, puesto que, como ya he comentado en alguna ocasión, el precio de los bonos resulta un indicador adelantado sobre los mercados de acciones. Como cada vez sois más las personas nuevas que os incorporáis al blog, vamos a aprovechar para repasar conceptos y ver la situación actual.

Históricamente descensos superiores al 15-20% en el precio de los bonos a 30 años, y alrededor del 10% para los bonos a 10 años, han sido preludio de mercados bajistas tal y como podemos apreciar en los siguientes ejemplos:

Nota: En los gráficos que veréis a continuación, la línea discontinua pertenece al precio de los bonos y la continua al S&P500.

En 1980 el director de la Reserva Federal, Paul Volcker, aumentó la tasa de interés de EEUU atrayendo capitales de todo el mundo. El objetivo era lograr que la afluencia de divisas bajara la inflación y relanzara la maquinaria productiva norteamericana que estaba en recesión. Como es lógico, esta política restrictiva tuvo su influencia en el precio de los bonos, que perdieron un 40% en algo más de un año.

Tal y como podéis ver en la imagen de arriba, la acusada caída del bono advertía sobre un posible inicio de crash en las bolsas, que llegaría 6 meses después en el mercado bajista de principios de los 80, en el que las bolsas de valores perdieron más de un 25% de su valor.

1987:

No fue la mayor caída de la historia del Dow Jones, pero tiene la fama de serlo. Han pasado más de dos décadas, pero el famoso y dramático ‘Lunes Negro’ –‘Black Monday’ para los anglosajones- todavía retumba en las memorias de millones de norteamericanos. Aquel fatídico 19 de octubre de 1987 los cimientos de la mayor bolsa del mundo, Wall Street, se tambalearon por el pánico de millones de inversores que se lanzaron en masa a vender sus acciones.

Para muchos este es el cisne negro por excelencia que, para el que no lo sepa, significa que estamos ante un hecho improbable, impredecible y de consecuencias imprevisibles.

Este tipo de “titulares” a mí nunca me han gustado, ya que son la típica respuesta fácil que invita a dejar pasar por alto hechos que si se estudian nos pueden resultar útiles para el futuro.

Una vez más el bono tuvo la clave y la caída del precio, en más de un 25% terminó con aquel fatídico lunes que muchos siguen creyendo que fue impredecible.

2000-2002:

Ya estamos mucho más cerca del presente y seguro que muchos de los que leáis este artículo ya estabais participando en las bolsas de valores en la famosa crisis de las “puntocom”.

Desde finales de 1998 el bono estadounidense empezó a gotear poco a poco a la baja, hasta llegar a perder la friolera de un 35,7%. Una vez más el bono advirtió de que la fiesta alcista estaba a punto de terminar, y sucedió que en el año 2000 las bolsas de valores empezaron a formar un techo que desencadenaría en un mercado bajista que llevó a perder al índice S&P500 un 47% de su valor.

2007-2009:

Por último veremos que el bono (en este caso el alemán a 10 años) también nos advirtió de que algo malo se acercaba cuando desde 2006 la deuda germana estaba de capa caída. La razón de utilizar el bono alemán a partir del año 2000, es que desde ese año la Reserva Federal lleva interviniendo el mercado de bonos americano, generando alteraciones artificiales sobre el precio que pueden alterar el estudio. Esta es la razón por la que actualmente y hasta que vuelva a la normalidad el mercado de bonos americano, utilizamos el bono alemán como referencia.

Lo que sucedió un año después a la caída de los bonos alemanes todos lo sabemos, un mercado bajista que llevó al SP500 a perder un 56% en el que es ya uno de los mayores mercados bajistas de la historia de las bolsas de valores.

Ahora que ya entendemos con ejemplos históricos cómo la caída en los precios de los bonos termina por afectar a las bolsas de valores, es momento de revisar el aspecto actual de los bonos.

Como hemos visto anteriormente históricamente para que se genere un mercado bajista de gran calado en las bolsas de valores es necesaria una caída previa de los bonos, lo que hace subir su rentabilidad y sitúa a la renta fija como “alternativa” real a la renta variable. Este es un “clásico” antes de los mercados bajistas que genera el entorno propicio para un trasvase de fondos a gran escala que deriva en salidas de dinero a gran escala de la renta variable hacia la renta fija, y es algo que ahora mismo no tenemos. El precio de los bonos actualmente se encuentra en máximos, lo que supone un rendimiento de los bonos en mínimos y por lo tanto no se genera esa “alternativa” a la renta variable que genere un trasvase de fondos y con ello un nuevo mercado bajista.

Lo que sí que puede suceder sin ningún tipo de problema es que el mercado se tome un descanso dentro de su ciclo alcista, tal y como aconteciese por ejemplo en 2010 o 2011 por poner ejemplos recientes. Esos episodios de descanso son absolutamente normales dentro de cualquier ciclo alcista, y es imposible saber su duración, lo que sí sabemos es la forma en la que debemos de afrontarlos.

Mi hoja de ruta en las próximas semanas sigue siendo la misma de siempre, buscar entradas en mercados que sean fuertes (RSCMansfield superior a 0) y alcistas (MM30 alcista). Si por la razón que sea, no aparecen opciones que cumplan las condiciones de entrada, no pasa nada. Aguardaremos pacientemente a que se reanude la tendencia alcista, manteniendo una exposición más reducida mientras dure el descanso. Como ya he dicho en varias ocasiones estas últimas semanas, el mercado sigue su ritmo, y a los inversores no nos queda otra que adaptarnos a él.

En un descanso dentro de tendencias alcistas como la actual, resulta más complejo encontrar opciones interesantes de inversión. Esto que a muchos les puede parecer un “incordio” es una forma de cobertura natural del método. Si los mercados no acompañan en un momento dado, pocos o ningún valor resulta interesante para entrar siguiendo nuestra metodología, lo que hace que se reduzca progresivamente nuestra exposición al mercado, ayudándonos a que las caídas nos afecten en menor medida. Una vez el descanso termina y la tendencia alcista se reanuda, las oportunidades vuelven a florecer, aumentando de nuevo nuestra exposición al mercado cuando el entorno se vuelve más favorable. Esto no es algo “casual”, como digo es una forma de cobertura natural del método que permite reducir las rachas de pérdidas cuando vienen mal dadas.

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