Los Mercados Financieros El blog de Ricardo González

Mi atención sigue fija en la línea avance/descenso


A finales de septiembre en el artículo “Síntomas de debilidad en la línea avance descenso: vuelvo a tomar una postura de cautela” expliqué las razones por las que muy probablemente el mercado iba encaminado a un ciclo bajista. El incremento en los rendimientos de los bonos y la debilidad en la amplitud favorecen una salida en masa de dinero depositado en renta variable, tal y como ya sucedió en el año 2007, 2000 y 1987 entre otros.

Tras un desastroso mes de octubre, la renta variable mundial empezaba a perder soportes clave que confirmaban una potencial estructura de techo mundial, un techo cíclico que el mercado americano por su fortaleza confirmó un poco más tarde, concretamente en diciembre del pasado ejercicio 2018.

Dentro de ese escenario bajista, hemos visto durante las últimas semanas como la existencia de fuertes rebotes de corto plazo es algo habitual dentro de los compases iniciales de los ciclos bajistas y también vimos como si efectivamente estamos en un ciclo bajista estos rebotes pueden convertirse en fuertes reveses de la noche a la mañana.

Todo buen método de inversión siempre tiene un escenario principal sobre el que trabaja al considerarlo el más probable. Los aspectos descritos anteriormente hacen que el escenario principal de nuestro método actualmente sea el bajista a medio plazo, siendo el rebote actual un vaivén característico de una nueva fase bajista.

Ahora bien, hay que tener claro que el mercado es un mundo de probabilidades y no de certezas absolutas y por eso siempre hay un punto en el que el método invalida el escenario principal y gira hacia un nuevo escenario.

Ese punto “clave” en el entorno actual dentro de nuestro método se centra en si la línea avance/descenso es capaz de superar sus máximos de agosto, anulando así la divergencia generada durante septiembre.

La caída en los precios de los bonos, unida a esta divergencia en la línea avance/descenso, son la causa de que desde finales de septiembre hayamos suspendido las compras en el mercado de valores, reduciéndose así nuestra exposición al mismo a medida que saltaban stops (la inmensa mayoría de ellos en beneficios), lo que nos permitió sufrir mucho menos que el mercado en los momentos de pánico de diciembre.

A partir de aquí se mantienen 4 posibles escenarios que paso a describir.

Los dos escenarios más positivos (que son los que, a mí y probablemente a la mayoría de inversores, nos gustaría que sucediesen) serían:

1.- Que tanto el S&P 500 como la línea avance/descenso superasen máximos: Este escenario anularía las divergencias en la línea avance/descenso y abriría la puerta a nuevas compras en el mercado, ya que se habría anulado (al menos provisionalmente) uno de los dos ingredientes necesarios para la gestación de un nuevo ciclo bajista.

2.- Que el S&P 500 no supere máximos pero la línea avance/descenso sí logre superar sus máximos: Este escenario indicaría que el mercado está incluso más fuerte de lo que mostrarían los índices, un escenario favorable que también reabriría la ventana para nuevas compras.

A partir de aquí, los dos escenarios que agravarían la situación actual. Éstos serían:

3.- Que el S&P 500 supere máximos pero la línea avance/descenso no sea capaz de superar máximos: Este escenario agravaría más si cabe las divergencias del pasado mes de septiembre, trasmitiendo falsas expectativas alcistas a los inversores. No olvidemos que la atención mediática suele centrarse en el comportamiento de los índices ponderados por los valores más grandes. Sería todavía más claro si cabe que estaríamos en una clara fase de distribución, donde los cuidadores de los índices estarían generando falsas expectativas alcistas en un mercado cuya mayoría de valores está generando pérdidas a sus inversores.

4.- Que ni el S&P 500 ni la línea avance/descenso superen máximos: El último escenario que barajo es que ni los índices ni la amplitud lograsen superar sus máximos de agosto, generándose un nuevo ciclo bajista con caídas superiores al 20%. Es probablemente el peor escenario de todos y del que ya estamos protegidos, ya que, como dije anteriormente, desde finales de septiembre hemos suspendido nuestras compras, reduciéndose así nuestra exposición al mercado, llegando a ser nula si este escenario más adverso se confirmase.

Descritos los cuatro escenarios posibles, solo queda esperar y actuar en consecuencia. No voy a esconder que los escenarios que personalmente más me gustaría que se diesen son los alcistas y poder reanudar así las compras. Ahora bien, nuestra forma de operar en los mercados nunca se fundamenta en “lo que nos gustaría” sino en lo que suceda. La hoja de ruta a seguir es clara: si la línea avance/descenso es capaz de superar máximos volveremos a tener una postura compradora en el mercado, ya que no se cumplirían los ingredientes necesarios históricamente para un ciclo bajista; pero si esto no sucediese, mantenemos en marcha nuestro plan de protección para protegernos de un escenario muy adverso (con consecuencias no vistas desde el año 2007).

A la hora de invertir en los mercados nunca debemos hacerlo en base a emociones, sino siguiendo reglas estratégicas que han demostrado históricamente ser rentables y en nuestro método la hoja de ruta a seguir sigue siendo clara desde hace meses. La línea avance/descenso (no los índices) sigue teniendo la última palabra.

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