Como sabéis, durante estos días de verano me vengo a Jávea a disfrutar del buen tiempo siempre que puedo. En este “pequeño” pueblo del norte de Alicante en verano solemos coincidir y aprovechamos para reunirnos bastantes personas que nos dedicamos a los mercados. Hoy quiero compartir con vosotros algunos detalles de una conversación que tuve ayer por la tarde con un compañero que se dedica a gestionar fondos en los mercados de futuros desde hace más de 20 años ya que creo que os va a gustar.
La cita tuvo lugar en una pequeña heladería al lado del puerto, allí me esperaba Harry, un gestor cuyo sesgo no es precisamente técnico, sino fundamental. A pesar de la diferencia de nuestros perfiles (ya sabéis que a mi únicamente me interesa lo que diga el precio) al poco de hablar con Harry, me di cuenta de que siente especial interés por las materias primas y su estacionalidad, y como podéis imaginar tardamos poco en coger un ordenador y ver qué materia prima tiene el entorno estacional más favorable en las próximas semanas.
En sus años de experiencia Harry me comentó que en el transcurso de los años había percibido que los precios del café tienden a subir en la segunda mitad de agosto, ya que según me comenta los distribuidores comienzan a comprar en estas fechas adelantándose a la demanda prevista para los próximos meses de invierno.
Como sabéis, única y exclusivamente me importa lo que refleje el precio y es por ello que decidí crear un gráfico estacional que nos mostrase el resultado de calcular el comportamiento medio de la cotización del café en los últimos 40 años. En él se refleja claramente que estacionalmente es cierto que los precios del café tienden a escalar durante la segunda mitad de agosto.
Obviamente la estacionalidad no es infalible. Que en una época concreta por un factor estacional un producto tienda a subir, no significa que siempre lo haga. Harry tenía curiosidad por saber cuántas veces se había cumplido el patrón, algo fácilmente calculable con un sencillo sistema automático que compra café en la segunda quincena de agosto y lo vende a principios de septiembre.
Al lado de estas líneas podéis ver los resultados año a año de seguir esta estrategia de la segunda quincena de agosto en el café.
En total, hay 39 operaciones (existen datos desde septiembre de 1973) con una tasa de éxito del 69,23%, ya que 27 operaciones resultaron con ganancias y tan solo 12 con pérdidas. Llama la atención que este patrón se cumplió todos y cada uno de los años entre 1986 y 1998.
El peor año fue 1980, cuando el café perdió un 14,05% de su valor en esas fechas, mientras que el mejor fue 1997, cuando el café ganó un 20,63% en apenas 20 días.
El café ha estado especialmente fuerte este año ya que el precio de los futuros del café subieron casi un 100% a principios de año, debido según me comentó Harry a las condiciones de sequía en las principales zonas productoras de Brasil.
A la vista de los resultados, resulta evidente que la segunda quincena de agosto tiende a tener un efecto positivo sobre los precios del café.
El último gráfico que veremos a modo curiosidad es el resultado de la curva de liquidez de este simple sistema que hemos utilizado para el estudio, cuya misión es simplemente comprar 100.000$ de café a mediados de agosto y venderlos a principios de septiembre. La regularidad de sus resultados (especialmente desde 1980), pone de manifiesto que, efectivamente, esta estrategia basada exclusivamente en un factor estacional se ha comportado de forma sólida históricamente.
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