Los Mercados Financieros El blog de Ricardo González

El Ratio Dow/Oro refleja el cambio de ciclo


Creo que a estas alturas no descubrimos ningún secreto si decimos que el oro se convirtió en la inversión de largo plazo estrella de principio de siglo. Ahora bien, los ciclos nacen, se desarrollan y mueren, y es vital detectar esa muerte para ir rotando nuestras inversiones de un punto a otro.

En abril del año pasado en este mismo blog ya expuse las razones por las que para mi criterio el oro dejaba de tener el atractivo que tuvo en los años precedentes y los gráficos que veremos hoy, así lo corroboran.
El siguiente gráfico es el resultado de dividir el Dow Jones de industriales entre el oro, es decir, una ratio que nos muestra cuántas onzas de oro son necesarias para valorar el Dow.
Tal y como se muestra, actualmente se necesitan 15,12 oz de oro para ‘comprar el Dow’, muy lejos de las 44,8 onzas que hicieron falta en 1999.

Esta forma de valorar el Dow puede resultar muy interesante desde el punto de vista técnico para saber si resulta más rentable estar invertidos en oro o en bolsas de valores. Si la línea es ascendente significa que las bolsas rinden a mayor ritmo que el oro, mientras que si la línea es descendente, significa que el oro resulta un producto que rinde mejor que las bolsas. Obviamente, como inversores, siempre nos interesará invertir en el producto que mayor retorno nos produzca ¿verdad?

Pues veamos el resultado en los últimos 43 años:

La década de los 70 se caracterizó por una elevada inflación (ciclo inflacionista de largo plazo estudiado en el libro el código de Wall Street). Eso provocó que el oro le ganase la partida en cuanto a rendimiento a las bolsas de valores. El gráfico lo refleja con una línea descendente, resultado de que las bolsas de valores se depreciaban con respecto al oro, y por lo tanto, el metal dorado resultaba una inversión más rentable que las bolsas de valores en aquella época.

Esto cambió con la llegada de los años 80. Desde principios de los 80 hasta el estallido de la crisis “puntocom” el dinero fluía con más alegría hacia las bolsas de valores. Se pasó de prácticamente la paridad Dow/oro a ser necesarias 44,8 onzas de oro para “comprar el Dow”. No obstante, la pérdida de la tendencial alcista trazada sobre el gráfico marcaba un cambio “de modas”. Desde el año 2000-2001 el dinero fluía con más alegría hacia el oro, lo que hizo que fueran cada vez necesarias menos onzas de oro para “comprar el Dow”, lo que fue sinónimo de que la inversión en metal dorado fue más rentable que las bolsas de valores.

Los últimos años han resultado otro punto de inflexión para el largo plazo, y esta es una de las razones por las que no debemos de perder de vista estos gráficos de largo plazo, ya que resultan extremadamente útiles para detectar ciclos entre diferentes productos.

Ya advertimos ahora hace más de un año que el oro técnicamente dejaba de ser un activo interesante para largos, de hecho su aspecto técnico invita a mantenerse alejados, ya que su tendencia actual desde un punto de vista cíclico no es nada atractiva.

Con todo esto, y según los gráficos de largo plazo, nos encontramos de nuevo en un ciclo más favorable a las bolsas que al metal dorado.

Descargo de responsabilidad: La información, las opiniones y las ideas expresadas en este documento son solo para fines informativos y educativos y se basan en investigaciones realizadas y presentadas únicamente por el autor. La información presentada representa solo las opiniones del autor y no constituye una descripción completa de ningún servicio de inversión. Además, nada de lo aquí presentado debe interpretarse como asesoramiento de inversión, como un anuncio u oferta de servicios de asesoramiento de inversión, o como una oferta de venta o una solicitud de compra de valores. Los datos presentados en este documento se obtuvieron de varias fuentes de terceros. Si bien se cree que los datos son confiables, no se hace ninguna representación en cuanto a, y no se acepta ninguna responsabilidad, garantía o responsabilidad por la exactitud o integridad de dicha información. Las inversiones internacionales están sujetas a riesgos adicionales, como las fluctuaciones monetarias, la inestabilidad política y el potencial de mercados ilíquidos. El rendimiento pasado no es garantía de resultados futuros. Existe riesgo de pérdida en todas las operaciones. El rendimiento de prueba posterior no representa el rendimiento real y no debe interpretarse como una indicación de dicho rendimiento. Además, los resultados de rendimiento probados tienen ciertas limitaciones inherentes y difieren del rendimiento real porque se logran con el beneficio de la retrospectiva.

Toda mi metodología de inversión viene explicada en detalle en mi libro “El código de Wall Street”. Con la compra del libro dispondrás de tres meses de acceso gratuito completo a todas las herramientas de esBolsa.

“El Código de Wall Street”.

El libro de Ricardo González

¡No te quedes sin él, pide tu ejemplar aquí!


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Share via
Copy link
Powered by Social Snap