Los Mercados Financieros El blog de Ricardo González

Compra de bonos por parte de los bancos centrales: pan para hoy, hambruna para mañana


¡Hola a todos!. Parece que poco a poco va volviendo la normalidad en la subida de imágenes al blog y podemos volver a nuestra rutina habitual.

Si este fin de semana por casualidad habéis consultado publicaciones americanas o habéis visto noticias en canales como la CNBC o Bloomberg, os habréis dado cuenta que una de las principales noticias al otro lado del charco es algo de lo que ya hablamos la semana pasada por aquí. El escaso rendimiento que ofrecen bonos a diez años como el americano (1,92%) o alemán (1,36%) está produciendo un efecto compresión que hace que los inversores sean empujados a comprar bonos de peor calidad, lo que está llevando a entidades y estados de mala calidad crediticia a financiarse a tipos cada vez más bajos.

Los Bancos Centrales han provocado con sus compras que la rentabilidad de los bonos más seguros, se aproxime a cero empujando u obligando a los inversores que quieran intentar batir la inflación a comprar cualquier cosa que dé algo de rentabilidad, entre ellos los bonos basura. Por ejemplo, el índice de bonos basura de Merrill Lynch (Merrill Lynch High Yield Junk Master Index) que engloba a instituciones de muy baja calidad crediticia se encuentra actualmente en el mínimo histórico del 5,24%, algo ciertamente notable ya que están tan sumamente bajos, que hace cinco años, el rendimiento de bonos del Tesoro americano a 10 años era mayor que el rendimiento actual de los bonos basura, algo que refleja claramente la siguiente imagen de Bespokeinvest.

Los puntos rojos son los momentos en los que bonos de máxima calidad como los americanos pagaban más que los bonos basura actuales. Tal y como os comenté el otro día, la compra de bonos soberanos por parte de los bancos centrales tiene esta misión, hacerlos tan poco atractivos que el dinero fluya hacia otros lugares como las bolsas.

Obviamente, esto también favorece a bonos periféricos, cuyas palabras “éxito en la subasta” son prácticamente el pan nuestro de cada día, como ejemplo el bono español y su famosa “prima de riesgo”.

La pregunta que debemos hacernos es ¿hasta cuándo estarán comprando deuda los bancos centrales? La respuesta no la sabemos, pero lo que no hay dudas, es que cuando dejen de comprar deuda como locos, el precio de bonos como el alemán o el americano, caerá (su rentabilidad subirá). Esto lanzará una nueva alerta de un mercado bajista en las acciones, puesto que como veremos a continuación, caídas acusadas en el precio de los bonos es una de las primeras alertas de mercados bajistas en las acciones.

El bono es un indicador líder de las bolsas de valores y su marcha es pareja, hasta cuando las cosas empiezan a torcerse, generando señales de peligro que, si bien tardarán unos meses en reflejarse en la bolsa, nos sirven para ponernos alerta y adelantarnos a mercados bajistas.

Históricamente descensos superiores al 15-20%, en el precio de los bonos a 30 años, y alrededor del 10% para los bonos a 10 años, han sido preludio de mercados bajistas tal y como podemos apreciar en los siguientes ejemplos:

Nota: En los gráficos que veréis a continuación, la línea discontinua pertenece al precio de los bonos y la continua al S&P500.

En 1980 el director de la Reserva Federal, Paul Volcker, aumentó la tasa de interés de EEUU atrayendo capitales de todo el mundo. El objetivo era lograr que la afluencia de divisas bajara la inflación y relanzara la maquinaria productiva norteamericana que estaba en recesión. Como es lógico, esta política restrictiva tuvo su influencia en el precio de los bonos, que perdieron un 40% en algo más de un año.

Tal y como podéis ver en la imagen de arriba, la acusada caída del bono advertía sobre un posible inicio de crash en las bolsas, que llegaría 6 meses después en el mercado bajista de principios de los 80, en el que las bolsas de valores perdieron más de un 25% de su valor.

1987:

No fue la mayor caída de la historia del Dow Jones, pero tiene la fama de serlo. Han pasado más de dos décadas, pero el famoso y dramático ‘Lunes Negro’ –‘Black Monday’ para los anglosajones- todavía retumba en las memorias de millones de norteamericanos. Aquel fatídico 19 de octubre de 1987 los cimientos de la mayor bolsa del mundo, Wall Street, se tambalearon por el pánico de millones de inversores que se lanzaron en masa a vender sus acciones.

Para muchos este es el cisne negro por excelencia que, para el que no lo sepa, significa que estamos ante un hecho improbable, impredecible y de consecuencias imprevisibles.

Este tipo de “titulares” a mí nunca me han gustado, ya que son la típica respuesta fácil que invita a dejar pasar por alto hechos que si se estudian nos pueden resultar útiles para el futuro.

Una vez más el bono tuvo la clave y la caída del precio, en más de un 25% terminó con aquel fatídico lunes que muchos siguen creyendo que fue impredecible.

2000-2002:

Ya estamos mucho más cerca del presente y seguro que muchos de los que leáis este artículo ya estabais participando en las bolsas de valores en la famosa crisis de las “puntocom”.

Desde finales de 1998 el bono estadounidense empezó a gotear poco a poco a la baja, hasta llegar a perder la friolera de un 35,7%. Una vez más el bono advirtió de que la fiesta alcista estaba a punto de terminar, y sucedió que en el año 2000 las bolsas de valores empezaron a formar un techo que desencadenaría en un mercado bajista que llevó a perder al índice S&P500 un 47% de su valor.

2007-2009:

Por último veremos que el bono (en este caso el alemán a 10 años) también nos advirtió de que algo malo se acercaba cuando desde 2006 la deuda germana estaba de capa caída. La razón de utilizar el bono alemán a partir del año 2000, es que desde ese año la Reserva Federal lleva interviniendo el mercado de bonos americano, generando alteraciones artificiales sobre el precio que pueden alterar el estudio. Esta es la razón por la que actualmente y hasta que vuelva a la normalidad el mercado de bonos americano, utilizamos el bono alemán como referencia.

Lo que sucedió un año después a la caída de los bonos alemanes todos lo sabemos, un mercado bajista que llevó al SP500 a perder un 56% en el que es ya uno de los mayores mercados bajistas de la historia de las bolsas de valores.

En la actualidad, los bonos siguen alcistas (pulsa aquí para ver el gráfico). Esto más allá de pequeños sustos, garantiza alzas de medio plazo en la renta variable internacional. Ahora bien, aunque estemos sacando partido de esta tendencia alcista, deberemos estar atentos para recoger velas, ya que dentro de uno, dos, tres o X años cuando los bancos centrales dejen de comprar deuda como locos, muy probablemente se generará una caída brusca de los precios de los bonos, lo que, a tenor de los antecedentes históricos, traerá graves consecuencias para las bolsas de valores.

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